CALÍGULA XQX (Cabaret Voltaire 1916)


 

Destrozada está la transparencia que translucía

de los vasos de nuestras existencias

Tristán Tzara

 


La reina lo besaba dormida en el infinito

Un televisor lo perseguía

Yo compraba veneno para matar a los ángeles

Dígale que la amo cuando mira el inodoro

Y daba vueltas y vueltas y vueltas y vueltas

Vestido de estrellas escarlatas

Caían soles en el regazo de la tierra

Y la guayaba tenía un diamante

¡Vendo, vendo, vendo!

El perro volvió a su vomito

Y un plato de albóndigas con pelos

Fue determinante para volverse de piedra

Mujer de senos grotescos

Y también decían que se robaba el vómito de los niños

Para hacer hechicerías

Y se masturbaba con todos aquellos objetos que su nombre iniciara con la “A”

Y si usted no dice: “aguafuerte”  nosotros diremos: “mapaná”

Y si usted me mira yo me comeré el helado

Recuerde que Acapulco es una cuchara invisible

Quizás los fusiles le declaran su amor a los vivos cuando se disparan

Y también los osos leen el periódico

Mordí sus senos con furia

Aunque su espina dorsal era camaleónica como los relojes

Y las bailarinas de fuego se reían de la música de papel

Pero no soy juez de las piedras en el agua

Y más tiempo

Y más vida

Y más infiernos

Cadencias ahorcadas en la puerta

No quiero un perro-humano

La mano fantasma le hizo el amor

Pero quizás era Cáncer, Leo o Capricornio

Sabía que todos eran monedas de barro en la lluvia

Y la cruz era un pastel de chocolate

Por esos se trepó por las comisuras de su miedo

Te amo a través del aire-cucaracha

El aire-cucaracha aire-cucaracha

Bendito sarampión de amarillo

No tendría sentido pensar en lo que hago

Y los gusanos llevan zapatos de fuego

Pasión incomprendida ¡lanza la piedra!

Me persigues y nos amamos

¿Por qué Buda come karmas?

Minino era un presidente que tomaba Coca-Cola

Coleccionaba muñequitos de gelatina

Camina en la cuerda floja

Era tan especial como los gusanos que comen mi carne

¿Y usted no sabe del misterio de sus manos?

Estoy ardiendo por dentro

No dejes de aprisionar mi sexo a tu lengua

¿Esquizofrénico descafeinado?

La calavera leía la Biblia y el Corán

La ciudad se rasuraba las axilas

Un edificio salió a buscar un orinal

Loca sucia de sexo: te amo

Y a pesar de la muerte los ángeles tienen su orgasmo

Te besé como un martillo a la pared

Y a mí me gusta el azúcar

No me acoses que me voy a explotar

Y la lámpara de Aladino era un juguete sexual

Entonces ella se marchó con el mapache que tocaba el piano

como si fuera una máquina de escribir

Quizás el hambre mundial es hermafrodita

Adolf tenía miedo del prepucio dorado

Y el cuervo nunca emprendió el vuelo

Ellos seguían creyendo que el sapo brincaba porque era de caucho

A pesar del hielo judío sabia levitar

Y al escapar de la cueva de los tulipanes

Hoy tan solo quiero tener la boca de un perro

Y  solo pensar en universos de alfileres

Y mandar a cortar la cabeza de mis enemigos

Y quemar los ojos de mis lectores

Humanizar la hoguera con mariposas

Y el cadete se cagó en los pantalones

A pesar de ti a pesar de mí

Quizás por eso Marilyn lanzó sus pelucas al inodoro

Y se colocó mantequilla en el bigote

Algo se ocultaba en sus manos crucificadas

¿Tan grande como los cachalotes?

¿Tan pequeña como la libertad?

Salió de la nevera estelar

Por eso es que la nube menstruaba lluvia sobre el tarot

Por tus ojos llenos de infartos y sanguijuelas

Realmente la ruptura se refiere a pequeños agujeros negros

Como una especie de colador

Entrelazado por nebulosas y ausencias de zanahorias

Comprenderá la sonrisa leprosa de Edipo

Y cantaré la canción punk imaginaria que dice

Que las calles de mi alma solo tienen un camino: el que conduce a tus gusanos.

 

 

                                                                             

Nota: este texto se publicó por primera vez en Esquinas de Yellow Hell City en la revista El laberinto del minotauro el 25 de abril del 2015. En esta publicación no se incluye la “Nota azucarada” que cuenta la naturaleza de este Cadáver exquisito construido con fragmentos de esto y aquello, sacados de la bolsa mágica por las manos tales tales de mi abuela Tere.  

 

 

Autor: El Señor Underground 




 

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