GUÍALOS Y LLORA


Me dejaste sin avisar

Y estoy muriendo por dentro

A veces siento que no tengo los ojos abiertos

El viento aullaba como un grito lastimero cada vez que besabas otras bocas 

Me pareció oír algo en tu habitación, pero no había nada allí. De repente, todas mis esperanzas fueron aplastadas cuando se hizo evidente que me había equivocado.

No existías, sólo en mi memoria; tenerte a mi lado eran síntomas de esquizofrenia y de inhabilitar mi propia pena

Por mucho que te abrazaba, nunca dejaba de llorar.

No fue hasta que dejaron de llamar por mi medicina que noté que las sombras de tus ojos me seguían dondequiera que fueran.

Sé que mi dolor no es de este mundo, y tengo miedo de lo que haré cuando me consuma por completo.

Todas las noches repaso las mismas canciones para pensar que existes a mi voluntad; me he burlado de Dios algunas veces mientras imagino que eres un perro jadeando frente a mí esperando a que le ordene sentarse

Hay cosas peores que el vómito y la muerte. La salvación cuando quieres estar hecho cenizas es una trampa.

Hay un gran parte de vacío absoluto cuando te das cuenta que en cuatro días sin mierda, vida y sexo, no existe compensación; soy un vértice anticlónico, tengo las mismas manchas rojas de Marte... pero mi propia luz me dice en susurros que no tendré suerte

Estoy en todos lados intentando salvar mi decadencia de todo el mundo,

Mi propia gente me quiere dejar muda

¿Estoy haciendo las cosas bien? Me pregunto

En algún momento soñaba con que todo en mi vida iba bien, pero bien dice Segismundo que los sueños, sueños son.

No sé si abandonar mi propia vida pero

Soy la carne desnuda de un holocausto predecible, me sentencié a mí misma para apaciguar a un antiguo dios que vive con Jesucristo en las mejillas y purificar el pueblo que es consciente de mi propia tristeza

Escucharé el terrible sonido de alguien sufriendo en medio de la noche y me sentiré aliviada de no ser por primera vez yo quien es latigada; estaré en medio de dos emociones sin sentido, pero puedo escuchar a mi alma dando gracias al mismo cielo

Y pienso que cuando me llegue la hora, los médicos comenzarán a coser mi cuerpo, sin darse cuenta que mis ojos se abrirán. Entonces me pondré de pie, respiraré hondo y me sentaré. Después de morir voy a empezar a vivir tranquila. Y en mi tumba empezarán a crecer las lágrimas que olvidaste derramar cuando me tenías.

 

"Aun puedes ser lo que quieres ser, lo que me dijiste que eras cuando te conocí; sólo tienes que mirarme sin sentirte bien".

 

Autora: Reyna Leal Acosta


 

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