(NO) AGUJEROS (NO)


                                                                 A Daniel Reyes,  que al estar adentro cerró la entrada y quemó la salida.

 

-¿Cuantas puertas nos faltan?

 

-Solo una puerta…

 

-¿Qué hay detrás de ella?

 

-Todas las puertas que hemos recorrido…

 

-¿Entonces volveremos al inicio?

 

-Avanzamos para llegar a la puerta que nos llevara al inicio y ver con otros ojos aquello que menospreciamos en el camino a esa puerta...

 

-¿Qué sentido tiene  seguir avanzando?

 

-Cualquier puerta que atravesemos ahora, sea adelante o atrás representa esa meta…

 

-Entonces no atravesemos nunca más las puertas…

 

-Esa decisión también es una puerta…

 

-¿Jamás hemos sido libres de no atravesar las puertas?

 

-La libertad es una puerta…

 

-¿No existiendo dejaremos de atravesar las puertas?

 

-La No-Existencia es una puerta y es la más difícil de atravesar…

 

-¿Qué hacemos para no volver a cruzar las puertas?

 

-Aceptar que el Ser es atravesar puertas de principio a fin. La primera puerta es el Nacimiento y la última la Muerte…

 

-¿Quién me dice que eso es cierto?

 

-La duda también es una puerta…

 

-Todo lo que me has dicho, que imagino también es una puerta ¿Quién te lo ha enseñado?

 

-Ninguno de nuestra especie, las puertas han sido mi maestro...

 

-Lo que me lleva a pensar que todo lo dicho es producto de tu educación ¿Y si te has equivocado?

 

-Equivocación o acierto, no importa… desde que iniciamos esta discusión hemos atravesado un millar de puertas estrechas hijas de esa puerta que ahora debemos…

 

-¿Pero por qué  no podemos ser los primeros en negarse a atravesar esa última puerta? Tomemos otro rumbo y escondámonos en los pasillos…

 

-No seriamos los primeros, cuentan que existieron dos que se negaron a volver a cruzar “la última puerta” y se refugiaron en los pasillos, de los que no pudieron escapar porque estos poseían laberintos sólo comprendidos por aquellos que habían atravesado el número suficiente de puertas antes y después de la última puerta...

 

-¿Cómo sabes que no pudieron escapar?

 

-Jamás regresaron…

 

-¿Cómo iban a regresar si probablemente hastiados de los pasillos y sus laberintos, tomaron otro rumbo y se escondieron en los cuartos?

 

-¡Demostrando así, lo cobardes que eran!

 

-No veo su cobardía… fueron valientes para no dejarse atrapar por todas esas construcciones contradictorias… debemos seguirlos, quizás podamos alcanzarlos.

 

-Son solo un mito…

 

-El mito es una representación de la realidad, una forma mágica de explicar la verdad asignada a un elegido que sabrá encontrar en él la clave del cambio…

 

-Es verdad, pero no somos ese elegido.

 

-Decir que no lo somos es convertirnos en puertas. Escapemos de las puertas, de los pasillos, de los cuartos y atravesemos las ventanas...

 

-Para atravesar las ventanas debemos atravesar primero la última puerta, el último pasillo, el último cuarto…

 

-No, saltemos todas esas construcciones hipotéticas y…

 

-Nadie sabe que existe después de la última ventana…

 

-¡Existirá lo que yo quiera que exista!

 

-Atravesar las ventanas es el máximo estado de liberación y no estás  siquiera preparado para atravesar la última puerta…

 

-Ve tú, atraviésala, porque estoy lejos de continuar con esa resignación a permanecer preso en las cárceles de la mente…

 

-Si no atraviesas la puerta, yo tampoco lo puedo hacer porque somos uno… nos parió la misma puerta y nos aniquilara la misma… y mírala, ahí está esperándonos… atravesamos todas las puertas posibles y ahora temes avanzar unos pasos a la última…

 

-¿Quién te dice que esa es una puerta? ¿Qué nos demuestra que este no es el último pasillo o el primer cuarto o la penúltima ventana?

 

-Todos estos pensamientos son producto de atravesar la puerta por la que de un tiempo acá, todos los de nuestra especie sienten curiosidad...

 

-¿De  cuál puerta hablas?

 

-Hablo de la puerta del escepticismo.

 

-Pues yo creo que tú también has atravesado una puerta ¡La más estúpida!

 

-No hay puerta que yo haya atravesado, que tú hayas dejado de atravesar…

 

-No lo creo… jamás atravesé esa puerta… la puerta llamada dogmatismo, que lleva a la puerta de la miseria, que lleva a la puerta de la sumisión…

 

-¿Qué sabes tú de las puertas que he atravesado? Somos uno, pero en mis horas de “enajenación individual” sueño con las ventanas y los reinos fuera de la última ventana…

 

-No lo ignoro… sueñas, pero eres un cobarde que no se atreve a hacer realidad…

 

-¡Cuando sueño vivo, mis sueños son más reales que el mundo de las puertas, por eso no me importa haber pasado toda la vida atravesando puertas, porque solo son ideas fugaces como todo aquello de lo que hablas!

 

-Si mis palabras son fugaces, entonces todo tú eres una ilusión…

 

-Seguramente. Atravesemos la última puerta y acabemos con esta farsa…

 

-¿Por qué entonces no te quedas aquí frente a la puerta para siempre y te sumerges en tus sueños… yo también puedo  soñar y así estaríamos juntos en los reinos fuera de la última ventana?

 

-Atravesemos la puerta…

 

-… Nada nos detendría…    

 

-Atravesemos la puerta…

 

-…Podríamos liberar a otros…

 

-Atravesemos la puerta…

 

-…Nos divertiríamos intentando…

 

-Atravesemos la puerta…

 

-¡Maldita sea! 

 

-Atravesemos la puerta…

 

-¿Y para qué quieres atravesarla si  dices que es una idea fugaz?

 

-Por esa razón…

 

-…

 

-Si la atravesamos demostramos que no somos esclavos, que no nos importa lo que pueda pasar, porque sabemos que siempre seremos nosotros los que decidiremos el final de esta historia…

 

-Me confundes, todo lo que has dicho hasta ahora, es un velo de mentiras para ocultar el verdadero nombre de aquello que quieres que atravesemos…

 

-¿Cuál crees que es “el nombre”?

 

-Trinchera. El nombre de toda esta historia es trinchera. En realidad no quieres que atravesemos puerta alguna, lo que deseas es que salgamos de nuestra trinchera, para así quedar presos de…

 

-¿De qué hablas?

 

-¡Ya no se dé que debemos escapar!

 

-Has comenzado a atravesar la puerta de la locura…

 

-No. Ahora yo lo decidiré… saldré de la trinchera y dejare que el fuego me libere…

 

-Has atravesado la puerta de la locura y ahora atraviesas la puerta de la osadía…

 

-¡No atravieso nada!

 

-¡Espera!

 

-¡He salido de la trinchera!

 

-¡Detente!

 

-¡Mira… estoy en la otra trinchera!

 

-No, no la has cruzado, has regresado al inicio…te encuentras frente a la última puerta… 

 

-¡Pero… si te acabo de dejar en la otra trinchera!

 

-No, tú voluntad cruzo las pequeñas puertas para escapar de la incertidumbre y así no temer atravesar la última puerta…

 

-¿Entonces es cierto que no existe escapatoria de este mundo de puertas, pasillos, cuartos y ventanas?¿Estamos condenados a permanecer en estos ciclos producto de la irracionalidad enferma de nuestra conciencia?¿No cabe la posibilidad de que estés equivocado y que eso que llamas la última puerta, no sea más que la entrada o la negación de la libertad; que en realidad estamos en los reinos fuera de la última ventana y ahora estamos a punto de encerrarnos en esas construcciones que producen claustrofobia, si nos atrevemos a dar ese paso que deseas?

 

-Si estos fueran los reinos fuera de la última ventana entonces quedaría demostrado que es necesario encerrarnos en esas construcciones porque en ellas estaremos mejor que en esta realidad de cuestionamientos donde no se sabe qué se es y hacia dónde se va…

 

-Pero… si estos fueran los reinos fuera de la última ventana no veo razón para movernos… ni un paso adelante, ni un paso atrás…

 

-El punto donde permanecemos será entonces una decisión, un entrar en las construcciones que tanto desprecias…

 

-Calla, no permitiré que vuelvas a nublar los sentidos de mi espíritu…

 

-Déjate de tonterías y atravesemos la última puerta…

 

-¿Por qué me quieres obligar a hacer lo que no quiero?

 

-Es innegable que eres un cobarde…

 

- ¡Atraviesa solo la maldita puerta!

 

-Si somos uno, eso quiere decir que tú también anhelas traspasar la última puerta… ¡Soy producto de tú voluntad, eres producto de la mía!

 

-Pues separémonos, busquemos la forma de alcanzar nuestra independencia para que así cada uno pueda tomar el camino que crea conveniente…

 

-Es imposible, existes porque existo, existo porque existes...

 

-Pero separándonos no dejaríamos de existir, solo estaríamos…

 

-No arriesgare mi existencia por un experimento ¿Cuántos casos conocemos en que alguno de nuestra especie haya intentado separarse?

 

-Yo conozco el mito de dos que se separaron y continuaron sus existencias felices, lejos el uno del otro…

 

-No conoces el final de esa historia: uno de los dos al poco tiempo murió y aquel enloqueció porque no tenía “al otro” para evitar que tomara los caminos...

 

-¡Este es el fin!

 

- Atravesemos la última puerta y te prometo que pase lo que pase no te abandonare cuando en tus horas de enajenación individual no encuentres razones para seguir. Atravesémosla y si todo falla, escaparemos hacia los pasillos, para escapar hacia los cuartos, para escapar hacia las ventanas y llegar hasta los reinos lejanos del más allá…

 

-¡No quiero!

 

-Pues entonces te mataré y cargaré contigo a través de la puerta y después no me importará si me vuelvo loco por no tenerte en mí.

 

-¡Este es el fin!

 

-Será el fin si no atravesamos la puerta…

 

-Según me dices todo es una puerta ¿quedarnos aquí no sería la última puerta?

 

-No. Quiero atravesar esa puerta porque, cuando pequeño, una llave me enseño que atravesar la última puerta es el propósito de mi existencia… 

 

-¿No me habías dicho que la última puerta era una invención?

 

-Sí, es una construcción de la ficción, pero mi existencia es real, por lo tanto, nací para perderme en la ficción aceptada como lo real y soñar dentro de ella ficciones con pretensiones más reales…

 

-¿Y ahora, porque  crees en ese falsete, debo  pagar las consecuencias atravesando la puerta en contra de mi voluntad?

 

-Sí…

 

-¿Quién te ha asignado el  poder de escoger por los dos?

 

-El atravesar puertas oscuras de las que jamás tendrás noticias. Me he asignado ese poder por mi sabiduría y porque no me tiembla la mano ante las situaciones más…

 

-Todo este tiempo es como si hubiera estado dormido…  Hablas de puertas oscuras y realidades de las que apenas guardo una imagen fugaz ¿En dónde me encontraba mientras atravesabas esas puertas?

 

-A pesar de ser unidad, pocas veces atravesamos las mismas puertas, mientras las atravesaba te refugiabas en ti, construyendo una puerta gigante que es fácil atravesar pero de la que es difícil salir cuando no se tiene un corazón fuerte: la puerta de la incertidumbre. Todas esas imágenes que vienen a ti esporádicamente, son recuerdos de las conversaciones en las que te conté todos mis intentos de…

 

-¡Mentira! Has usurpado mi cuerpo. Me hacías atravesar las puertas de la amnesia para que perdiera la conciencia y así tener control de la realidad a través de mi cuerpo…

 

-¡Yo le he dado el uso adecuado a este cuerpo! ¡Para ti solo era un límite del cual avergonzarse!

 

-Te enorgulleces de usarlo para otro límite ¡atravesar puertas creadas por otros!

 

-No es mi culpa que los de nuestra especie sean de la naturaleza en la que dos habitan en un solo cuerpo…

 

-¡No te justifiques!

 

-Pudo ser peor… Dicen que a una legión les toco compartir un cuerpo ¿Lo puedes imaginar? Todos se peleaban por tener el control e imponer su destino…

 

-¡Quizás eso sea preferible a tener que lidiar contigo!

 

-No sabes de lo que hablas. Entre una legión serías el más débil y jamás tendrías la oportunidad de poseer el cuerpo. En una legión existen todo tipo de voluntades, todas ellas dispuestas a destruir lo que el otro construyo cuando tuvo el control del cuerpo…

 

-Me sigues subestimando…

 

-No te subestimo, solo deseo que atravesemos la última puerta…

 

-Nada puedes hacer… ahora soy quien tiene el control del cuerpo… Nada de amnesias y pesadillas…

 

-No tienes el control, solo he permitido que tengas conciencia para que veas como atravesamos la última puerta…

 

-¡Puertas, puertas, puertas!  ¿Es que nada puede convencerte que no tiene sentido atravesar esa maldita puerta?

 

-No se me ha ofrecido algo mejor que ellas, a excepción de mis sueños, pero a ellos puedo recurrir cuando quiera…

 

-Yo puedo ofrecerte algo que…

 

-No lo creo…

 

-Escúchame. Si las puertas son construcciones hipotéticas que nos han sido impuestas ¿Por qué no creamos nuestra propia construcción hipotética?

 

-¿Qué podríamos crear nosotros que supere esas construcciones a las que miles han dedicado su existencia?

 

-En una de esas oportunidades en la que te sumergiste en tus segundos de enajenación individual y me dejaste el control del cuerpo; descubrí una puerta de la que los de nuestra especie muy poco hablan en todas sus facetas. Esa puerta se llama Fantasía. La atravesé y descubrí en ella un sinnúmero de puertas, tantas que no me alcanzaría esta vida ni la otra para poder atravesarlas. Entre ellas encontré la puerta que necesitamos para nuestra propia construcción hipotética…

 

-¿Cuál es el nombre de esa puerta?

 

-Imaginación. En ella se abrió mi mente y pude ver el embrión de una idea a la que llamé Escalones, y si la llegamos a materializar, la llamaremos Escaleras...

 

-¿Escaleras? No hablas más que de las vagas ilusiones del hombre mortificado por lo inexorable del destino ¿Qué es una escalera?

 

-Es una construcción que se compone de escalones, que sirven para subir y bajar dentro o fuera de…

 

-¿Subir y bajar hacia dónde?

 

-Hacia donde quieras…

 

-No me convence tu invento. No voy a arriesgar mi existencia por una construcción descabellada que en nada se parece a las construcciones hipotéticas con las que hemos convivido toda nuestra vida…

 

-Es normal que al principio te parezca descabellada, pero luego, cuando conozcas todas las ventajas que trae consigo crear nuestra propia realidad, no podrás vivir sin ellas y hasta me propondrás que nos dediquemos a construir muchas de…

 

-¡La única ventaja que puedo ver  en todo esto es el fracaso, y por lo tanto,  la miseria y la decepción!

 

-Escúchame…

 

-¡Nada que escuchar, atravesemos la última puerta ahora!

 

-Pero…

 

-¡Atravesémosla o te arrepentirás!

 

-¡Maldita sea!

 

-¡La última puerta espera para llevarnos al inicio!

 

-¡Escaleras, escaleras, escaleras!

 

-Puerta y nada más…

 

-¡Escaleras, escaleras, escaleras!

 

-Te prometo que cuando atravesemos la última puerta volveremos a empezar y tendremos derecho a construir todos los mundos que queramos…

 

-¡No te creo maldito… tus ansias de sentir el control del cuerpo no te deja ver que nos estas arrastrando al abismo donde otros han caído por no creer  que es posible renunciar a todo este absurdo!

 

-Abismo o no abismo es el lugar  al que iremos… no somos diferentes a los demás, si nuestro destino es abalanzarnos como ellos a la destrucción, pues entonces que así sea…

-Por favor… solo una oportunidad… Permite la aparición de las escaleras y si no funciona, te prometo que atravesaremos sin tardanzas la última puerta…

 

-No. Estoy cansado. He esperado atravesar esta puerta toda mi vida… Nunca sabrás lo difícil que fue llegar hasta aquí…

 

-Jamás lo sabré porque siempre tuviste el control… Para ti fue fácil hacerme atravesar las puertas de la amnesia, mientras te divertías atravesando las puertas de todos los errores…

 

-…

 

-¿En verdad crees que esta es la última puerta, no te has preguntado en donde nos encontraríamos  ahora si hubieras atravesado aquellas puertas que descartaste o de las que nunca llegaste a tener conciencia? Quiero saber de dónde sacas la convicción de que esta es la…

 

-¡Esta es la última puerta!

 

-¿Cómo lo sabes?

 

-No tengo que justificarme en un momento como este en que todo está a punto de…

 

-¡Cobarde!

 

-Tus palabras me tienen sin cuidado ¡No volveré a dejarme arrastras por ti como en el ayer!

 

-¿Arrastrarte? Tú eres quien ha tenido el control desde el inicio…

 

-Te equivocas… ¡Ya no callaré más!

 

-¿De qué hablas?

 

-El hombre más anciano del reino le dijo a nuestros padres que los dos habíamos nacido única y exclusivamente para contemplar la noche y contar todas sus estrellas. También les dijo que cualquier camino que no fuera éste, nos precipitaría a la más monstruosa de las destrucciones. Al escuchar esto el desasosiego se apodero de ti, porque por primera vez te encontraste con la verdad de que todos los hombres son como marionetas. Intente consolarte diciendo que jamás te abandonaría sin importar el abismo en donde nos encontráramos. Tú, aprovechándote de la ingenuidad de mi promesa, me contaste el plan, según con el cual escaparíamos de nuestro destino… me propusiste escapar, olvidando todo lo que alguna vez fuimos; aventurándonos a atravesar el reino de las puertas, en donde escogeríamos vivir como quisiéramos. Al principio me negué porque poco a poco me había resignado a la idea de dedicar mi existencia a contemplar la noche y morir cuando hubiera contado la última de sus estrellas, pero luego cedí a tu locura y borrando nuestras memorias unimos nuestros espíritus en un solo cuerpo y atravesamos la primera puerta: ¡La primera maldita puerta llena de dolor, estupidez e impotencia! No protesté y me dediqué a tantear el terreno sin que pasara mucho tiempo para darme cuenta (a pesar de no recordar en ese momento nuestras vidas pasadas) de que tu idea nos había condenado permanecer en una cárcel sin salida… al atravesar la primera puerta lanzaste un grito y entrando en crisis, te abalanzaste sobre un millar de puertas que nos llevaron a estados de demencia y a laberintos de puertas falsas que conducían a ningún lugar. Tuve paciencia y viendo que seguir tus impulsos nos llevaba a una eterna condena, guardé silencio y decidí actuar por mi cuenta, atravesando puertas de conocimientos que pudieran explicarme el sentido de este reino; cuál fue mi sorpresa al encontrarme con una puerta que me brindo la posibilidad de recuperar la memoria que no sabía que había perdido. Comprendí que debía atravesar todas las puertas que atravesaste en la crisis; debía retornar, regresar a la primera puerta. Empecé mi tarea a tus espaldas y todo estaba bien, hasta que te encontré atravesando puertas de conocimientos engañosos creados para confundir a los espíritus débiles y alimentar en ellos el sueño de otros mundos donde no existe el Destino. Me vi en la tarea de hacer que atravesaras las puertas de la amnesia y en algunas ocasiones las puertas del espejismo que dan sosiego a aquellos que se extraviaron así mismos; todo esto para que no intervinieras en mis planes porque desde hacía un tiempo te oponías a todas mis decisiones, decías que yo era culpable de…

 

-¡Mentiras, una vez más buscas lavarte las manos!

 

-¡Que tonto fui al dejarme convencer de ti y no entender lo bello que habría sido vivir para contemplar la noche y morir cuando hubiera terminado de contar  la última de sus estrellas!

 

- …

 

-Veo en tus ojos la crisis…

 

- …

 

-Lo siento…

 

-Pero…

 

-Debo decirte algo más… lo que llamamos la última puerta es en realidad la primera; detrás de ella están todos los recuerdos y el verdadero destino que nos fue asignado: ¡nacimos libres, nacimos para soñar desde el crepúsculo hasta el amanecer, pero escogimos encerrarnos! Hoy regresaremos al camino…

 

-No. Regresaras solo…

 

-Ni lo sueñes, alguna vez te aprovechaste de mi promesa de no abandonarte, ahora es mi turno. Te llevare conmigo y te enseñare que podemos ser libres. El destino es una cárcel conceptual que pierde sentido ante el enigma del silencio…

 

-No. Mi locura nos trajo aquí… Estoy condenado a deambular en la ilusión de los precipicios: Soy aquel que sueña encontrar la libertad mientras huye de ella…soy la humanidad. Ahora lárgate de aquí, atraviesa tu maldita puerta y déjame en paz ¡maldita sea!    

 

(2012)

 

 

Autor: El Señor Underground


 

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