A Eric Ramos ,“El
Magneto de los gatos”
En la sala de espera se encuentra Mercedes Placenta O, su hermosa novia de 23 años, a la que enamoró una noche lanzándose contra un taxi que venía a gran velocidad y que de milagro no lo mató. Ella no llora, no ríe, no habla. Solo mira la pared y piensa que Jimmy Hendrix, Jim Morrison, Ian Curtis y Kurt Cobain son los genios maricas más grandes del planeta. Quiere un cigarrillo y poder besar a Joyce Now. Es inteligente y sabe que la herida de bala que tiene su amado es fea y poética como la puta cara de Janis Joplin. Las enfermeras van y vienen hablando de Miguel Ángel y Simón Bolívar.
Joyce Now es el buscapleitos más famoso y odiado en la escena underground de una ciudad sub-americana en el caribe. Su verdadero nombre es Pablo Silva (Pablito para su madre). Le gustan las drogas, no terminó el bachillerato y se gana la vida vendiendo baratijas a los turistas. Es amable con los niños, odia que maltraten a los animales, es un tipo duro con una profunda depresión y unas botas punta de acero con las que ha pateado a más de un policía. Flaco como la muerte, fuma y bebe al igual que un condenado a la silla eléctrica al que ha dejado de importarle el mundo. Como buen pesimista odia a la gente idealista y todo intento de progreso. Mmmm… esperen… ya veo que el tipo empieza a agradarles… pero… dejemos claro desde ya, para que no se hagan ilusiones idiotas: ¡Joyce Now no se salvará y dentro de poco será un banquete para los gusanos, un extraño banquete de carne anarquista! Sería un moribundo más, pero eso que baila en su cabeza en este mismo instante producto de las drogas, llamó mi atención y es digno de ser visto por el gran público morboso de este planeta, los voyeristas más grandes del universo (y no pregunten quién putas habla, soy el narrador con la voz de Triztan Tzara). Ahora, acomódense en sus sillones, saquen sus lupas del inconsciente y sean testigos de lo que hacen las drogas en la mente de un cuerpo que se desangra.
Alucinatios de Joyce Now observado con la lupa del inconsciente colectivo
-No deberías tener miedo, Calavera ñata de azúcar, allá afuera-fuera de mí hay una metralleta en las axilas del hombre-cabeza-de-sopa-de-albóndigas. La muerte no podrá llevarme…
Death or Glory ♫♪ Death or Glory ♫♪ Death or Glory ♫♪ Death or Glory ♫♪
-Conozco un neonato quimioterapéutico que cura con su llanto el cáncer y hace que los tumores bailen al ritmo de la sangre llena de cocaína.
-¿Señor, me lo presta para curarme del cáncer de existir?
-No señorita-vagina-leporina, usted necesita al neonato-harakiri o al embrión-kamikaze.
-Perdone… he perdido las ganas de vivir… voy a donar al mundo mi cadáver para que lo entregue a los huérfanos necrófilos…
-Por favor deje en su testamento una nota que diga que su cuero cabelludo me será entregado para hacer un condón para la verga de Baphomet.
En mis muelas putrefactas se escondía una pandilla de cuervos adictos al Clonazepam. En mis dientes había una comunidad de mutantes hippies que adoraban a una deidad hecha de caries y crema dental. Mi lengua “la blasfema” era una nación independiente que se frotaba sobre clítoris, helados, botellas, colillas, pezones, orejas y heridas en los dedos. Las encías eran leprosarios que sangraban con solo ser rozadas por la lanza que el inquisidor odontólogo llamaba cepillo dental. Mi saliva era toxica y acida en las mañanas, llegando a abrir agujeros en las paredes y la puerta del baño. En las tardes era espuma y burbujas que se elevaba a otras dimensiones. En las noches era miel hirviente sobre labios y entrepiernas virginales.
Love, love will tear us apart again ♫♪ Love, love will tear us apart again ♫♪ Love, love will tear us apart again ♫♪ Love, love will tear us apart again ♫♪ Love, love will tear us apart again ♫♪
-Calavera ñata de azúcar, contigo podría endulzar mi limonada de opio, pero no te asustes, suficientes sanguijuelas hay en esta fiesta como para llenar los vasos del alma.
-Hola, soy el hombre-cabeza-de-sopa-de-albóndigas, enemigo público. He vomitado 666 veces sobre mi historia. Todo lo que se cuenta sobre mí es una patraña, soy el villano definitivo, soy el emperador de la hipocresía y en mi pecho tengo tatuada una lista negra con los nombres de todos los tipos buenos de la esfera de sarampión a los que voy a cortarles los huevos con una navaja sucia de sida.
-Calavera ñata de azúcar, no tengas miedo… la muerte no me puede llevar mientras los riff y las percusiones nocturnas de este concierto sigan sonando debajo de la falda de mi novia vampiresa, Mercedes Placenta O.
I can't see the things that make true happiness, I must be blind♫♪ I can't see the things that make true happiness, I must be blind♫♪ I can't see the things that make true happiness, I must be blind♫♪ I can't see the things that make true happiness, I must be blind ♫♪
Estoy en un ardiente desierto bajo el cielo azul. Hay una cuerda a la altura de mi pecho que se pierde de horizonte a horizonte. Sobre ella están colgados miles de calzoncillos sucios de mierda. La voz en mi cabeza, que suena como la de Jimmy Page, me dice: “Esos calzoncillos pertenecieron a todos los hombres que han cagado la historia de la humanidad”. En ese momento mis tripas se retuercen y sin darme tiempo, me cago en mis ropas. La voz, que ahora suena como la de Syd Barrett, dice: “También puedes colgar tus calzoncillos en la cuerda, la has cagado como todos los demás”. Me desvisto y cuelgo mi ropa interior. Sé que en la mayoría de los mundos un pantaloncillo sucio de mierda es una aberración, pero en este mundo representa la esperanza y la memoria, el acto más sincero y visceral de la humanidad.
-Tengo miedo mamá
-Espera que el abuelo muera para que juegues con su páncreas.
-Mamá me prometiste sus dedos y sus feas orejas…
-¡Cállate o te meto una cucharada de piojos en el culo!
Just because you're paranoid Don't mean they're not after you♫♪ Just because you're paranoid Don't mean they're not after you♫♪ Just because you're paranoid Don't mean they're not after you♫♪ Just because you're paranoid Don't mean they're not after you♫♪
A veces siento que el narrador de mi historia tiene la voz de Bruce Willis. Soy consciente que voy a morir en el siglo pasado-pasado, exactamente el 10 de Noviembre del 1891. No tengo control de mis actos. Soy un hombre sin miedo. Estoy en un concierto en el inframundo. Un montón de tipos putrefactos con crestas y chaquetas miran mis botas. Una adolescente muere de una sobredosis en un baño y no es divertido. Me gustan los riff de esa canción. Esta es mi vida un viernes o un sábado en un garaje o en una bodega donde todos están drogados y pogean canciones furiosas de amor subterráneo. Siento que puedo conquistar el mundo y romper las pelotas de todos los cerdos de la ley, pero seguro es toda esa cocaína que inhalé. Entre la multitud hay un hombre-rata y un hombre al que le cuelga una mapaná en el pecho. Bailan y saltan, me ponen la piel de gallina. Sé que vienen por mí. Hiede el apocalipsis, creo que el guitarrista de Clitoriux es un soplón, un agente anti-reencarnación. Debo escabullirme entre las arañas y los leprosos barbitúricos. ¿Dónde está Mercedes Placenta O?
Once upon a time I could control myself Once upon a time I could lose myself Oh try and mimic, what's insane I am in it, where do I stand?♫♪ Once upon a time I could control myself Once upon a time I could lose myself Oh try and mimic, what's insane I am in it, where do I stand?♫♪
¿El tipo me disparó o yo me suicidé? ¿En la carrera de la adicción quién se queda con mi alma y mi cuerpo como trofeos, la hierba o el perico? ¿Quién me suicidó el hombre-con- cabeza-de-sopa-de-albóndigas o Mercedes Placenta O la de rostro hermoso y corazón frio como las morgues? Alguien disparó y el cantante dejó de hacer los guturales y el baterista dejó de golpear los platillos y todos dejaron de pogear y yo estaba tirado en un maldito charco de sangre. Siento cómo mi cuerpo se enfría y no hay cervezas y palabrotas y canciones… solo la indiferencia de los que tratan de sacar la bala sin saber que ya estoy agarrado de los huevos por la muerte… es el final… Solo Mercedes Placenta O sabe quién disparó… Ella no me delatará...
-Calavera ñata de azúcar, algún día nos encontraremos entre cementerios y canciones de calaveras ñatas de LSD tocando sus guitarras en los sótanos, esperando que la carne de lo imposible las disfrace de humanos con guitarras y soledad que a su vez esperan suicidios ejemplares con escopetas o sobredosis de ultrapercepción-extrasensorial... ¿De qué mierda estoy hablando Calavera ñata de azúcar?
Don't be told what you want Don't be told what you need There's no future No future No future for you♫♪ Don't be told what you want Don't be told what you need There's no future No future No future for you♫♪ Don't be told what you want Don't be told what you need There's no future No future No future for you ♫♪
***
No alarguemos el asunto, Joyce Now ha muerto y la máquina de signos vitales a la que estaba conectado hace unos minutos ahora muestra una línea que canta la última puta canción de esta narración, una canción chillona que dice: piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii… Si esperaban otro final, con el eterno blablablá, perdieron su dinero. A Joyce Now no le dio tiempo de escribir una carta idiota de despedida. En un momento saldrá el doctor a darle la noticia a Mercedes Placenta O. Ella le dará la espalda y se perderá en las calles. Se quitará toda la indumentaria gótica o punk que lleva (no es muy claro) y continuará con su vida como si nada. Mañana seguirán las canciones gritonas en la radio y solo su madre extrañará a Pablito Silva. Este es un final de mierda, creado por un narrador con la voz de Triztan Tzara. Hasta pronto. Jajaja…
Este
texto e ilustraciones aparecieron en las páginas de la edición 21 del fanzine QöXaHöMN
Texto: El
Señor Underground
Ilustraciones: Adrián
H. Castilla
Portada del álbum “Unknown Pleasures” de la banda
Joy Division
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