SELECCIÓN DE POEMAS DE VICTORIA ONATRA. [2011 - 2012]


 Agnès Geoffray 


A un costado del sendero estaba ella
entonando una canción
en lengua prohibida.
Ella que quería criar a una loba
vio que en su vientre crecía un ángel.
Una burla a su voluntad
Un artilugio del creador.


Ω

Invocar todos tus nombres
y saberte espectador
mientras en tu propio Jardín
el árbol de incienso
se consume en el fuego
y los ángeles
angustiados
corren bajo el sol.



Hambre

La mujer que se soñó loba en la víspera
ahora se desliza por el bosque
aleja su canto de viejas ceremonias
revela su signo más oculto
y cierra los ojos de la criatura
que ha visto la luz.





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Ekaterina Grigorieva 



M u t u s l i b e r

Esperarás que llegue el mes de mayo y su rocío, el sol y la luna bendecirán las plantas. Al atardecer del último día del mes prepararás tu cuerpo y tu voluntad, en el sahumerio el Espíritu del Universo entrará por cada poro de tu piel, la noche caerá y cerrarás la puerta. Al amanecer regresarás al bosque, quemarás incienso, alimentarás las aves. 



Visiones en la tierra roja

El cuerpo, aunque acostado, danzaba
en la tierra roja
El horizonte era azul al amanecer
y el pájaro en el arbusto reposaba en silencio


Heredera de una lluvia de estrellas
Heredera de la violencia del viento
y del agua que tiembla

Aquí yazco despierta
en el borde del umbral
con un puñado de tierra roja
entre mis manos
susurrando el acertijo que
atraviesa las paredes de la casa.



[En sueños]
he visto mi rostro más arcaico
Poco a poco he encontrado los elementos
para llegar al templo

La Voz dijo: árbol, altar y piedra

La búsqueda se regenera
Vuelvo a ver múltiples lunas en un mismo cielo,
desconocidos sanan la tierra para que el agua
fluya en un viejo patio,
una mujer se masturba en la calle y
sana su sexo; animal lunar

-germinación y regeneración-

Durante la estación de la lluvia
la orgía enciende el ritual

Ahora,
el lugar de la serpiente está al lado de la cosecha

¿La piedra   es   el camino?

Tras el templo se alarga el sendero
Ahí están las huellas del animal que me habla
-ella, la del primer rostro que se balancea-



La carta XI yace a mis pies en el suelo labrado
Adentro, el hermafrodita con un sutil movimiento
me estremece.





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