Agnès
Geoffray
A un costado del sendero estaba ella
entonando una canción
en lengua prohibida.
Ella que quería criar a una loba
vio que en su vientre crecía un ángel.
Una burla a su voluntad
Un artilugio del creador.
Ω
Invocar
todos tus nombres
y
saberte espectador
mientras
en tu propio Jardín
el
árbol de incienso
se
consume en el fuego
y
los ángeles
angustiados
corren
bajo el sol.
Hambre
La
mujer que se soñó loba en la víspera
ahora
se desliza por el bosque
aleja
su canto de viejas ceremonias
revela
su signo más oculto
y
cierra los ojos de la criatura
que
ha visto la luz.
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Ekaterina
Grigorieva
M
u t u s l i b e r
Esperarás
que llegue el mes de mayo y su rocío, el sol y la luna bendecirán las plantas.
Al atardecer del último día del mes prepararás tu cuerpo y tu voluntad, en el
sahumerio el Espíritu del Universo
entrará por cada poro de tu piel, la noche caerá y cerrarás la puerta.
Al amanecer regresarás al bosque, quemarás incienso, alimentarás las
aves.
Visiones
en la tierra roja
El cuerpo, aunque acostado, danzaba
en la tierra roja
El horizonte era azul al amanecer
y el pájaro en el arbusto reposaba en silencio
Heredera de una lluvia de estrellas
Heredera de la violencia del viento
y del agua que tiembla
Aquí yazco despierta
en el borde del umbral
con un puñado de tierra roja
entre mis manos
susurrando el acertijo que
atraviesa las paredes de la casa.
[En sueños]
he visto mi rostro más arcaico
Poco a poco he encontrado los elementos
para llegar al templo
La Voz dijo: árbol,
altar y piedra
La búsqueda se regenera
Vuelvo a ver múltiples lunas en un mismo cielo,
desconocidos sanan la tierra para que el agua
fluya en un viejo patio,
una mujer se masturba en la calle y
sana su sexo; animal lunar
-germinación y regeneración-
Durante la estación de la lluvia
la orgía enciende el ritual
Ahora,
el lugar de la serpiente está al lado de la cosecha
¿La piedra es el camino?
Tras el templo se alarga el sendero
Ahí están las huellas del animal que me habla
-ella, la del
primer rostro que se balancea-
La carta XI yace a mis pies en el suelo labrado
Adentro, el hermafrodita con un sutil movimiento
me estremece.
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