A los amigos
la poesía en el
resplandor del relámpago,
la alquimia bajo
el arcoíris del sueño
y un brindis en la
tienda de'l Che
TOCAR
HURGAR METER EL DEDO EN LA CARNE
Veo tu foto de niña tierna
disfrazada de payaso
coronada de princesa
De esas que ahora te son indiferentes
Veo la foto y le hablo a aquel rostro que
resplandece:
Querida esta vez esconderemos la ternura
Esta vez
diré carne
Diré leche
Diré sí
Diré
‘Escaparate’
y recordarás los labios
de aquel niño tan bello
de esos niños rubios que ahora te aburren
tan pálidos tan simples
Recordarás su cuerpo tibio
el crepitar de la madera
el olor de la ropa guardada
sus ojos brillantes entre mangas de
algodón
como un animalito
esperando por ti
Diré también
‘Suéter’ y volverás a verte
con aquella camiseta blanca
Tus pequeños pezones asomándose al mundo
entre hilos desgastados
Te verás moviendo tus manos
para levantar el velo
y dejarlos observar con precisión
el rostro de ese otro niño tímido
Pequeño discípulo de Jehová
Pobrecillo
ciervo asustado
huyendo del incendio
Diré
‘Enfermera’ y sentirás su cuerpo liviano
Sus labios gruesos como los tuyo
Cuerpo semejante conociéndose en el juego
Miniaturas del hambre
que crecen y se hacen banquete
para servir al borde de la noche
para comer en el salón 206
para beber en la hierba fresca
y eyacular como una demente
que sólo quiere soltar sus aguas
sobre este mundo
MIRAR
FIJAMENTE AL CAZADOR
Hubo un tiempo en que me daba miedo entrar
al baño
y desnudarme
No por el ojo de mi primo
sino por ese dios que todo lo ve
Ese que
se place en su mirada
y nos niega su rostro
Hubo otro tiempo en el que aún sentía sus ojos
y su boca
posándose sobre la sangre que corría entre
mis piernas
casi rosando con sus pestañas el vello de
mi pubis
atestiguando el ensanchamiento de mis
caderas
Esas que aprendían a moverse en el agua
al ritmo de otra música secreta
En ese entonces el miedo dormía
dando paso al placer de imaginarlo
allí, desde la nada
viendo crecer la desnudez de esta cachorro
de hiena
que sonríe en esa escena de caza
Dans la Tour, Leonor Fini,1952
EN LA NOCHE LOS CANGREJOS
La redención se daba a gotas
y eso nos hizo adictos a los viernes
Un vino, unas cervezas, un plon casual
y la noche se abría
Agujero del deseo
Un beso para la novia de mi amigo
y para mi amigo también
Carne de mi carne
les digo
Un poema se escribe a diez manos
a veces menos a veces más
Carne de mi carne
Y esta inmensidad nadie me la quita
Otro viernes es una piedra
A mí me gusta lamerla
Siento que lamo un recuerdo
un olor a cuero
a piel muerta para zapatos nuevos
a almacenes de Puerto duro
A veces también caminamos por calles muertas
Vamos a tropezones
Sobrios y sonrientes
Sobrios y nostálgicos
Sobrios y soñadores
Esta vez somos solo tú y yo
Me gusta también cuando somos tres
El tercero tiene una gran H
Me gusta su cerebro
quiero abrir su cráneo y lamerlo
Me gustan sus manos
quiero caminar por sus dedos largos
por sus llanuras
cartografías que llevan al mar
Una ola nos moja
Nadie más existe a esta hora
sólo la gota que cae en nuestra herida
Otra ola nos arrastra
Nadie más existe a esta hora
sólo la risa de este instante
Una ola nos sumerge
Mañana no importa
Hijos de la errancia
En la noche los cangrejos
adictos al sueño
Promesa que no se cumple
MENSAJE PARA LAS DOÑAS
Querida no les abriré la puerta
Quédense en sus casas
o visiten a otra gente
Déjenme con mi traje de hiena
Si me llevan a su mesa
puede que devore a sus invitados
No vale de nada que insistan
en buscarse en mis huesos
ni que me pesen
con la balanza que cuelga
en sus cuellos
No pedí esto
No pronuncié sus nombres
Donde buscan verdades
yo digo juego
contradicción
a veces luz
pero ahora
carne
Acepten estas gotas de sangre
que salen de mis manos
Les regalo mi casa
madriguera de la incertidumbre
Yo seguiré danzando allí donde aviva el fuego
la posibilidad de comer o ser alimento
Sin la voz de un santo que me guíe, queridas
porque las hienas no tenemos santos
Portrait de Meret Oppenheim, Leonor Fini. 1938
Ahora una canción
Tengo una banda de punk
Bueno, quizá sea mucho decir que “tengo” y que es una “banda”
Digamos que es un intento de ello
Estoy en medio de un concierto
la letra se me olvida
Ahora pienso en los pollitos
Esos que pintan de colores
Animales radioactivos
nacidos para morir
en las manos de la ternura
La ternura es un ángel descarnado
Bandido morboso
La gente me grita
pero no importa
La música sigue y eso es lo que sostiene al mundo
La gravedad es ritmo
Espiral para el cuerpo
Vibración y materia
Escucho la batería y le doy una patada a la boca de la mente
Mi voz se asciende y se desborda
como cuando E mete sus dedos en mi carne y yo a cambio bendigo sus manos
Canto una de Juancho Polo
porque soy una bacteria punketa y folclórica
y me gustan los carpinteros que irrumpen el silencio en la montaña
Canto una de los Corraleros de Majagual porque me gustan los sabanales
y las guayabas, y las casas que tienen patio
Ahora una del Joe para quienes permanecen en vigilia y reciben la aurora bailando
Centurión de la noche, demonio bailador, azota a esta gente
Otra de Ismael Rivera, eterno duende de la sabrosura
y que viva Perico, y los amigos, y el telegrama, y la gente linda
Y que todo se vaya a la mierda porque mañana es domingo
y los domingos sale el sol
Sagrado día para salir a pasear con mi cocodrilo imaginario
su promesa de oasis alquilado
la posibilidad de robarle los labios a algún amigo en la playa
o de tomar una sopita caliente con limón para apagar
el cadáver ardiente de esta noche de sábado
que estalla y me consume en este rincón del escenario
Poemas
de a bacteria
Poemas apasionados.
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