Retomar
el poema
una
noche de noviembre
el
calendario marca 11 o 12
con
el pasar del tiempo
ya
no importa
en
qué siglo te encuentres
eres
pionero en angustias
no
esperen mucho de mí
nunca
aprendí a hacer aviones de papel
y
todos lo que me regalaron
hoy son
cenizas a mis pies
-a
los que todavía tienen
sus
aviones intactos
se los
pueden meter
por
el culo-
escribir
un poema…
en
estos días es un lujo
¿qué
días señor poeta?
los
días a secas
o el
montón de nadas
que
sale de mis manos
no
soy un tipo honesto
tampoco
trataré que estas líneas lo sean
estoy
hecho polvo
todavía
algunas narices
me
quieren inhalar
no
me lo explico
soy
cocaína mal cortada
te
haré sangrar
tendrán
que reconstruirte
el
tabique
luego
vendré con una manopla
y te
destrozaré la cara
hasta
que seas lo suficientemente
valiente
para
reconocer que debes escapar de aquí
escapar
de mí
ella
escapó
y
ella también
y
aquella no fue la excepción
también
la otra
y la
otra
salieron
a empujones
-arrastradas
por la derrota
por
el desencanto-
esa necesidad
patológica
de destruir
todo a mi alrededor
se
llama suicidio
soledad
cuatrocientas
noventa y ocho noches
sin
escribir un buen poema
Una
me dijo que era un sol
otra
que era un sol que se apaga
tú me
dices que soy un sol de hielo
no
te contradigas…
soy
un agujero negro
rebosando
de soles
insaciable
bajo las estrellas
voy
a quedarme en estas escaleras
escribiendo
no
todos los días
el
poeta tiene un subidón
la
niebla da para poetizar
pero
la depresión está ahí
con
su irresistible
vestido
ceñido
y no
puedo evitar
meterle
mano
besar
sus hermosas tetas
la
De Pre Sión
ella
sabe cómo moverse
se
esconde detrás de mis ojos
y
ríe cuando escucha
a mi
novia
decir
antes de cerrar la puerta
“debes
buscar ayuda
estás
enfermo”
-el
consuelo de que todos
en
este siglo lo están
ya
no es suficiente-
-Señor
poeta sería preferible
que fuera
sutil
y diera
a entender que está deprimido
con
alguna metáfora
o
algún juego de palabras-
las
sutilezas me están matando
al
igual que lo explícito de la derrota
cuando
estás en agonía
no
puedes esperar que lean entre líneas
son
tan listos que no lo pueden entender
este
poema es una señal de alarma
una
confesión
si
no hago algo por mí
me
voy a terminar matando
lo
dije claro
hago
no,
hagas
no espero
de ustedes
lo
que yo no haré por mí
no
puedo ser implícito
porque
estoy deprimido
y me
quiero morir
todo
esto acompañado
de
Miles Davis o Chopin
y
los tambores
de
su demencial bullerengue
o
una ocarina tocada
por
las hermosas manos de mi niño interior
la
multitud no quiere ver al poeta
masticando
chicle
pretenden
humanidad en sus poemas
pero
solo ahí
solo
en eso
del
resto que se prepare
un
supositorio letal
un
supositorio venenoso
que lo
mantenga todo el día sentado…
tú
sabes de qué hablo
y si
no lo sabes
mejor
lárgate de aquí
no
deberías aplaudir
o
abuchear mi decadencia
tengo
el toque de Midas
para
mostrarte que no es bonito
el
oro de los excusados
hay cosas
que se no se van
con
solo bajar la palanca
o
hundir un botón
todo
lo que se queda
es
lo que más duele
lo
que se desborda
hasta
mojar nuestros zapatos
irás
chapoteando por las avenidas
te
mirarán desde sus aviones de papel
desde
los buses cronometrados
y
dirán
“ha
dejado sus huellas”
como
si eso sirviera de algo
las
aves beben de mis charcos
el
asfalto de esta ciudad
todo
lo seca
incluso
la sangre
que
nos vimos derramar
al
hacer el amor
ni
tú ni ellos
tiene
una puta idea
de
lo que es un poema de amor
y
esto ni siguiera lo es
estás
aquí en la punta de mis dedos
al
igual que la creación
tan
lejos
que
creo que todo es mentira
hay
milagros que desaparecen
después
del asesinato
se
van cuando más los necesitas
puedes
durar una temporada
mirando
cómo nace una flor
sin
descubrir su belleza
a
los más sensatos
eso
les lleva a la locura
recuerdo
un tiempo
en
que decían
¡tú
estás loco!
y yo
pensaba
eso
que llaman locura
es
mi aburrimiento
la
verdadera demencia
siempre
es privada
y de
ella solo llegan ecos
al
exterior
-afuera
todo está maquillado
ninguno
tiene idea
del
rollo de las voces-
últimamente
te
piden un carnet
de
todas tus locuras
-déjà
vu-
-acabo
de tener un déjà vu -
exigen
una factura
de tu
última hazaña
se da
por hecho
que vivir
en sociedad
implica
un cuadro psicopatológico
o un
libro de poemas inéditos
escribo
este poema
imaginando
que jamás lo recitaré
y
resulta que una tarde
entre
toda mi producción
lo
escojo para un recital
el resultado
sería alarmante
y
absurdo
como
todo lo que sale de mí
pareciera
que debes crear
pensando
en leer para otros
en
cómo se escuchará
cuando
todos aprieten sus cervezas
mis
poemas no están hechos para recitales
son
formulas intimas
para
leer en silencio
entregados
en hojas sucias
a
uno o dos amigos
que
jamás darán su opinión
sobre
mi falta de sensatez
y
musicalidad
siempre
tiemblo en mis lecturas
me
precipito entre versos
lo único
que quiero es terminar
darle
el turno al siguiente embaucador
no
me gustan los tipos que disfrutan leer
me
agradan los tipos que escriben
son
como potros salvajes
que
se precipitan al abismo
recuerdo
a una amiga
-una
melancólica llena de marcas
en sus
muñecas
la última
vez estuve con ella
en el
hospital
haciendo
chistes tontos
mientras
la enfermera
abría
la cortina
y
nos decía
dejen
la estupidez
esta
jovencita es una suicida
y
usted es su mánager
su maldito
promotor
yo
la miraba
con
mi cara de idiota
y le
decía
aquí
está mi tarjeta
cuando
quiera
también
la puedo representar
solo
déjeme entrar en su vida-
esa
amiga
una
vez me dijo
“cuando
escucho la palabra
Abismo
me acuerdo
de ti”
le regalé
una sonrisa
me sentí
halagado
ese
sí que era un piropo
y no
me lo estoy inventando
me
lo dijo
si
quieres se lo puedes preguntar
Abismo
Portada: Rafal
Olbinski
Texto: El Señor
Underground
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